La falta de experiencia no tiene por qué dejarte fuera de la jugada en la búsqueda de un empleo. Si sabes vender tu disposición de aprender y tu flexibilidad laboral, tendrás ventaja sobre otros candidatos.
Podrías pensar que obtener un empleo sin experiencia profesional es una misión imposible pero esto no es del todo cierto. Muchas empresas buscan a candidatos jóvenes con habilidades y competencias específicas o que puedan formar desde un inicio en su cultura empresarial.
Lo clave para conseguir el puesto que buscas, tomando en cuenta que te enfrentas a personas con más trayectoria laboral que tú, es presentar un currículum vitae (CV) que ayude a contrarrestar tu falta de experiencia y que refleje con claridad y contundencia, tus capacidades y aptitudes.
Sustituye experiencia por formación
La universidad o el centro de estudios y el título que hayas obtenido es uno de los factores principales que consideran los reclutadores. Si te es posible, destaca tus altos promedios o los premios que hayas recibido.
También debes incluir información sobre tu educación-formación complementaria, cursos, diplomados, seminarios, ponencias, exposiciones, especialmente si se trata de áreas tan valoradas como los idiomas o el uso de determinadas herramientas en tu área de trabajo. No olvides incluir los nombres de las escuelas, el tiempo dedicado a la actividad y el grado o título que obtuviste.
Recuerda que no se trata de rellenar por rellenar y que debes adecuar tu CV al puesto que buscas así que no conviene que abuses de poner información irrelevante y mucho menos mentir.
Resalta tus aptitudes
Debes poner especial cuidado en esta sección de tu CV porque será donde se concentrará la atención del reclutador.
Lo recomendable en estos casos es describir las cualidades que te definen como un buen candidato para el puesto y que además son apreciadas en el mercado laboral: dinámico, disciplinado, creativo, flexible, metódico.
Puedes incluir cualquier práctica o experiencia que tengas en determinadas actividades y que reflejen alguna habilidad o competencia tuya. Por ejemplo, no dudes en agregar si fuiste monitor o entrenador de algún equipo deportivo o de investigación, voluntario en algún proyecto, guía o tutor, etc. ; eso le dará a la empresa una idea de tus capacidades, tu esfuerzo o tu habilidad para asumir responsabilidades.
Ofrece un ‘extra’.
La juventud puede ser una ventaja más que un inconveniente y muchos reclutadores ven con agrado algunas de estas virtudes como por ejemplo, la disposición para tomar turnos en horarios poco comunes, la capacidad de cambiar de residencia o movilizarte en diferentes puntos.
Cualquier punto en el que logres reflejar una actitud abierta y flexible que beneficie a la empresa o que demuestre tus ganas de aprender, te dará una ventaja sobre el resto de los candidatos.
Ser novato no tiene por qué dejarte fuera de la competencia. Se creativo y demuestra todo tu potencial.
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