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lunes, 10 de octubre de 2016

¿Cuándo es momento de cambiar de trabajo?


Creo que es momento de evaluar seriamente cambiar de trabajo cuando ya no estamos contentos donde trabajamos, no estamos encaminados a cumplir nuestras metas de mediano y largo plazo, no crecemos al ritmo que quisiéramos, o sentimos que no nos reconocen o valoran como deberían.

Hay muchas personas que saben que su ciclo en la empresa ya terminó y que deben ir a la conquista de nuevas experiencias, conocimientos, retos y desafíos. Pero igual se asustan de tomar la decisión, incluso de evaluarla. ¡Cuesta salir de la zona de confort y enfrentar la incertidumbre!

Muchos se sienten desleales con la sola idea de pensar en buscar otro trabajo y mirar por sí mismos sus carreras. Pero no consideran que están siendo desleales con ellos mismos. Trabajar en un lugar donde no estamos contentos o a gusto, donde por lo tanto no damos lo mejor de nosotros o no le ponemos pasión a lo que hacemos, eso nos hace desleales con nosotros y también con quien contrata nuestro servicios, ya que no está recibiendo lo mejor de nosotros.

Ser leal con uno mismo no significa que seamos desleales con la organización que contrata nuestros servicios. Todo lo contrario. Si hacemos lo que nos gusta y para lo cual tenemos habilidad, cumpliremos con los objetivos y metas con mayor facilidad y gusto. La lealtad hacia uno mismo es la base de la felicidad y satisfacción profesional. La meta es trabajar en un lugar donde podamos disfrutar lo que hacemos y hacerlo con capacidad y ganas, las 8, 9 o 10 horas al día que le dedicamos al trabajo. Eso define la lealtad con uno mismo, y la ruta al éxito y la satisfacción real.

Las personas exitosas son quienes conocen bien sus habilidades, destrezas, aptitudes y aspiraciones, así como sus fortalezas y debilidades y en función de ellas definen sus planes profesionales. Por eso es clave periódicamente “parar” y reflexionar sobre nuestra carrera y si en la empresa actual y en el puesto que tenemos estamos avanzando hacia nuestros objetivos reales o si por el contrario, las circunstancias nos están llevando en una dirección equivocada.

Y si nos toca salir a la conquista de un nuevo trabajo, nuestra recomendación es mejor hacerlo mientras tenemos aún trabajo. Siempre es más fácil conseguir un nuevo trabajo teniendo uno, que no teniendo ninguno. Por supuesto sin dejar de cumplir al 100% con el trabajo actual. Es cuando más necesitamos tantas buenas referencias como podamos generar.

Frente al cambio de trabajo es cuando uno toma conciencia real de cómo entra en juego nuestro nivel de empleabilidad y la actitud de vigencia y competitividad permanente con la que manejamos nuestra carrera. Buscando siempre mejorar, aprender, generar logros y agregar valor cuantificable aseguramos un alto valor a nuestra marca personal y una demanda permanente por nuestros servicios profesionales. Una mejor reputación y más contactos son claves para facilitar el salto a otra organización.
Ser más empleables nos hace sentir más seguros, a tener más demanda por nuestros servicios y poder así conseguir un nuevo trabajo más rápido y con mayor satisfacción. Y nada genera mejor marca personal que trabajar con ganas y pasión, tener buenas relaciones con todas las personas y nunca bajar la guardia de lo que pase en nuestro sector, especialidad y en el mercado laboral.
Por tanto, la idea de estar siempre seguro y “estable” en un trabajo es un grave error, que más bien resta a nuestro desarrollo y crecimiento.

Si eres empleable y estás por cambiar de trabajo, empieza por afianzar tu red de contactos ya que más del 85% de las personas consiguen trabajo por la vía de los contactos.

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