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lunes, 10 de octubre de 2016

¿DESEMPLEADO O EN TRANSICIÓN LABORAL?

Actualmente estar en transición laboral es una situación que puede (y debería ojalá siempre ser) una oportunidad para el crecimiento y avance profesional y/o laboral. Y es como sabemos bien hoy todos, que a veces tenemos trabajo, a veces nos toca salir a encontrar uno nuevo. Nos tocará salir al mercado, ...voluntaria o involuntariamente varias veces en el transcurso de nuestra vida laboral.

En ese contexto, ¿Cuál es la diferencia entre estar desempleado y estar en transición laboral? Es un tema de actitud. La persona con actitud de desempleado tiene un modo derrotista, no tiene un plan de cómo encontrar un nuevo trabajo, está desanimado, enganchado en el pasado, en lo que perdió, en lo que le quitaron; manejando todo ese ruido emocional que lo hace poco efectivo y muy negativo. Muchos tristemente invierten toda su energía pensando en quien lo puso en tal o cual lista, o si el jefe fue justo o no. Otros tratando de seguir renegociando condiciones de salida incluso meses después de haber dejado de trabajar. La mayoría con esta actitud equivocada (o con un duelo que no termina), se pasa los días sin mucho qué hacer, ni norte claro de qué quiere hacer, muchas veces incluso “huye” y se va de vacaciones o dice a todos “estoy dedicado a resolver mis asuntos que nunca antes tuve tiempo de mirar de cerca”, claramente sin estar enfocado en recolocarse, montar una empresa o rediseñar su futuro. Muchos inclusive hablan mal de sus ex empleadores tratando de justificar su salida.

Por el contrario, una persona que está en transición laboral está activa y asertivamente desarrollando un plan para recolocarse prontamente o analizando sus posibilidades para iniciar un negocio propio. Está activo cuidando su marca personal y los mensajes que comunica sobre sus objetivos, procesos y avances. Por eso siempre sugerimos que si alguien se queda sin trabajo (voluntaria o involuntariamente), debería cuidar mucho su actitud y prontamente dedicarse a implementar su plan de recolocación. Y sobretodo, no perder tiempo valioso ocupándose de asuntos menores no productivos, descansando, viajando o relajándose. A medida que pasen los meses, si se desenfoca, si se distrae, si tiene mala actitud o baja el ritmo o la fuerza de sus proyecto de recolocación, los contactos podrían vernos con otros ojos; “¿será que no tiene demanda real por sus servicios?, ¿será que no es bueno en lo suyo como parecía?” Y eso puede impactar muy negativamente el valor de su marca personal.

Una persona en transición laboral está mirando su futuro, pensando y planeando qué quiere hacer, analizando sus fortalezas y debilidades para mejorarlas, activando su red de contactos y su red de confianza, entendiendo claramente cuál es el valor que aporta a cada organización a la que se acerca; definiendo su posicionamiento personal, entendiendo el momento del mercado laboral y la vida económica del país para ver donde puede haber oportunidades, analizando empresas y sectores, preparando sus herramientas, su currículum, su plan de marketing, practicando sus entrevistas, aumentando su nivel de empleabilidad a través de cursos, seminarios y foros. ¡Está muy activo, entusiasmado con el futuro y trabajando con mucha energía en crearlo!

Hacer todo esto no es ciertamente fácil y es un trabajo de tiempo completo en sí mismo, pero demuestra el grado de compromiso y profesionalismo que tenemos con nuestra carrera y la seguridad que tenemos en nuestro talento y en nuestra reputación. Esa actitud de ganador es muy efectiva, tanto que incluso un 75% de personas en outplacement con nosotros durante el 2015 se animó a cambiar de sector. Esa es la clave para comunicar al mercado nuestro compromiso real con el valor que agregamos y con los resultados que podemos generar. Cuidemos nuestra actitud y estemos, si nos toca, jamás “desempleados” sino siempre, en proceso de recolocación hacia un futuro lleno de oportunidades que crearemos para nosotros mismos.

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