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lunes, 10 de octubre de 2016

¿Qué tal mis competencias sociales?

A través de las habilidades o competencias sociales la persona expresa sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás. Pero estas habilidades no nacen de la nada sino que tienen que ser entrenadas, y desarrolladas primeramente en ambientes comunes, familiares, amigos, conocidos, etc. Para luego poder llevarlas al ámbito profesional.

Las empresas buscan personas que tengan ciertas competencias y habilidades que les permita asegurarse que van a contratar a profesionales sobradamente cualificados y competentes.
Habilidades que deberían desarrollar como:

-La Comunicación Asertiva: Es la clave para establecer una buena y honesta comunicación, significa expresar los puntos de vista personales, es decir lo que se piensa sin hacer sentir mal a la otra parte.

-La Escucha Activa: Una persona que mantiene una escucha activa es capaz de comunicarse con su interlocutor de manera eficiente de modo que podrá dialogar, negociar, ayudar e incluso llegar a un consenso.

-El Trabajo en Equipo: No todas las personas saben trabajar en equipo ya que es necesario poner en valor algunas cuestiones como respetar otros puntos de vista, saber valorar el trabajo de otros, saber delegar responsabilidades, saber aunar criterios para llegar a un mismo fin común, capacidad de comunicación, pensar en el grupo y no en uno mismo. Trabajar en equipo suele aportar unos valores sociales que de otra forma no sería posible. Por eso es sumamente importante que esta habilidad pueda ser desarrollada para el trabajo en la empresa sea cual sea su naturaleza.

-La Capacidad de Comunicación: Como ya se ha comentado anteriormente en el trabajo en equipo esta habilidad incluye convencer, escuchar, persuadir, exponer las ideas de forma clara o formular las preguntas adecuadas en cada caso para conseguir toda la información que se necesita para conocer o resolver un asunto.

-La Empatía: Es clave para tener una buena comunicación con otras personas ya que permite ponerse en el lugar de la otra persona. Como popularmente se diría es “ponerse en la piel del otro”. No es fácil pero tenemos que hacer un esfuerzo para poder comprender a la otra persona y saber darle la respuesta que le ayude en su problema.

-La Flexibilidad: El trabajador tiene que tener una mente abierta y adaptarse a cualquier cambio y situación complicada que se pueda producir en la empresa por las nuevas «exigencias del guión», que cada vez son mayores en el actual entorno de constante cambio. Flexibilidad de horarios, de cambio de ubicación, flexibilidad en el ritmo del trabajo, etc. Quizás esto es lo que más pueda costar a las personas en general ya que no todo el mundo está dispuesto a hacer cambios circunstanciales en su trabajo.

-La Tolerancia a la Frustración: Es importante darse cuenta que no siempre las cosas puedan ir bien y que cuando no salgan bien, uno deba saber cómo actuar y no ser derrotista para no minar la autoestima propia y la del resto del equipo.

-La Resiliencia: Al igual que el punto anterior, la resiliencia es parte de nuestro día a día. Saber reponerse ante los momentos adversos y sacar fuerzas incluso de donde no las hay. Mirar al futuro con optimismo suele ser la base de una persona resiliente que no se vence fácilmente ante situaciones difíciles. Quizás tras la crisis todos, de alguna manera, hemos aprendido a ser resilientes.

-La Inteligencia Emocional: Quizás lo habrás escuchado muy a menudo últimamente y pensarás que está de moda pero que pasará. No lo creo así ya que una persona que es tiene inteligencia emocional es capaz de valorar y gestiones y controlar sus emociones y sentimientos en cada situación que se le presente día a día. Suelen ser personas positivas, optimistas, empáticas y resilientes.

-La Resolución de Problemas: Todas la empresas buscan personas eficientes, comprometidas y que sepan actuar en cada momento con autonomía. Por eso es muy importante que seas una persona con capacidad de anteponerse a situaciones o conflictos pudieran suceder, saber cómo actuar en cada momento buscando soluciones efectivas y reales que den confianza no sólo a tu jefe si no también a los clientes.

Como verás estas habilidades o competencias no se enseñan académicamente sino que hay que trabajarlas día a día en cualquiera de los entornos que te muevas (amigos, familiares, vecinos, conocidos, etc). Por eso es muy importante que valores que no sólo el CV es tener un buen expediente académico y/ó de experiencia profesional sino que también hay que tener unas buenas habilidades sociales. Quizás yo diría, que ante una entrevista de trabajo, antes elegiría a uno con buenas competencias sociales que con el mejor CV pero nefastas habilidades sociales.

Y te preguntará que cómo vas a desarrollarlas pues te diría que durante tus años de estudio o después de ellos, partícipes del voluntariado, de los distintos grupos juveniles, de cursos para desarrollar hobbies, escuelas deportivas, de becas para prácticas profesionales,…al final todo suma y sumando puedes llegar a tu objetivo profesional.

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